
DIA 4
silencio
Salmo 4:4-5(NVI)
"Si se enojan, no pequen; en la quietud del descanso nocturno examínense el corazón. Ofrezcan sacrificios de justicia y confíen en el Señor."
"
El silencio es una cosa extraña. Hemos venido a aceptar como cosa normal la conspiración de ruidos a nuestro alrededor; así pues, la ausencia de ruido nos pone un poco nerviosos. En un mundo donde constantemente estamos hablando por el celular, haciendo varias cosas a la vez y mandando mensajes de texto, no estamos acostumbrados al silencio. Se siente incómodo, improductivo, como que deberíamos estar “haciendo algo”.
Pero para los viajeros cansados de palabras, el silencio puede ser un oasis. El Señor nos invita a permanecer en silencio para así poder buscar en nuestros corazones, y también sentir Su corazón. El Señor Todopoderoso está con nosotros; nuestro refugio es el Dios de Jacob. “Quédense quietos, reconozcan que yo soy Dios.” (Salmo 46:10) es un llamado a una relación más profunda y una revelación que no puede encontrarse en el ajetreo y la actividad.
El ayuno añade fuerza a la disciplina del silencio ya que ahoga los escandalosos clamores de nuestro apetito. No sólo podemos sobrevivir con menos de “tres sustanciosas comidas” cada día, podemos crecer mucho y dirigir nuestra energía más provechosamente hacia Dios, al tiempo que negamos temporalmente nuestro estómago. El silencio, junto al ayuno, ayuda a enmudecer las voces internas y externas, dejando espacio para que la voz de Dios hable a nuestro corazón.
Oración:
Señor, enséñanos el valor del silencio en Tu presencia. Sintoniza nuestro corazón para oír Tu voz y recibir Tu gracia de una manera más profunda al tiempo que escuchamos sólo por Ti En el nombre de Jesús. Amén
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