El libro de Jueces nos relata cómo el pueblo de Dios continuamente lo rechazaban y se volvían a sus ídolos. Como respuesta a su rebeldía el Señor permitía que las naciones que los rodeaban los atacaran y los derrotaran. Finalmente, Dios envía los Jueces que trabajaron en volver el pueblo a Dios. Dios llama a Samuel como un jovencito a liderar la nación de Israel. Samuel unió la nación trayendo avivamiento.  Samuel prepara el pueblo para un avivamiento mediante el ayuno. Demanda de ellos que echen fuera a los dioses ajenos. Al entrar al ayuno de Samuel debemos primeramente confesar que nos hemos apartado de Dios en pos de dioses ajenos. Y, que necesitamos que su presencia vuelva a nosotros, así como el pueblo de Israel añoraba el regreso del arca de pacto.

Oración:
Amado Señor, ayúdanos a reconocer que ídolos y dioses ajenos hemos puesto delante de ti en nuestro ser, nuestras familias y nuestra comunidad. Trae avivamiento a tu pueblo mediante tu palabra Romanos 1:16 nos dice: Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree.