El ayuno de la viuda nos inspira a recordar como los hijos de Dios se preocupan por suplir las carencias de aquellos en necesidad. Isaías 58:7 hablando del ayuno dice: ¿No es que partas tu pan con el hambriento, y a los pobres errantes albergues en casa; que cuando veas al desnudo, lo cubras, y no te escondas de tu hermano?

Esta enseñanza nos inspira a Desarrollar sensibilidad hacia los problemas de los demás, reconocer nuestras propias bendiciones, ser agradecidos, y entender que Dios nos da un poco más para también bendecir a otros.

Oración:
Amado Señor, que este ayuno nos ayude a entender como otros pasan hambre día tras día sin tener quien les socorra un pan. Ayúdanos primeramente a ser agradecidos por tus bendiciones; a ser generosos con nuestras bendiciones y compartir con los que no las tienen. De preocuparnos por los que están necesitando no sólo de alimento, pero de tiempo, de compañía, de oración e intercesión. De alguien que les ayude a salir de cualquier crisis que estén pasando hasta verlos triunfantes al otro lado.