"

2 Corintios 7:10 (NVI) "La tristeza que proviene de Dios produce el arrepentimiento que lleva a la salvación, de la cual no hay que arrepentirse, mientras que la tristeza del mundo produce la muerte."

¿Alguna vez has tomado una vuelta equivocada y no te diste cuenta hasta que viajaste por una larga distancia? Incluso el navegador (GPS) no puede salvarte de la mala información que pusiste y de las conexiones perdidas. Eventualmente te das cuenta que vas en la dirección equivocada y tienes que dar la vuelta para ir por el buen camino.

​

Espiritualmente todos hacemos vueltas incorrectas porque nuestro navegador (GPS) está en mal estado. El apóstol Pablo lo llama la naturaleza pecaminosa. El pecado causa estragos con nuestro sentido de dirección en el que terminan en lugares que nunca quisimos ir - lugares de destrucción y ruina.

La respuesta de Dios para esto es el arrepentimiento. El arrepentimiento bíblico es algo más que remordimiento; renuncia al pecado como una ofensa en contra Dios y se dirige a Dios por Su misericordia y gracia. Reconocemos nuestra responsabilidad de tomar el mal camino y actuar con un espíritu de impulso con el deseo de volver al camino correcto.

​

El ayuno fortalece el arrepentimiento, al negar nuestro apetito carnal. Nos recuerda que nuestro cuerpo no está al mando y debemos rendirnos a Jesús como Señor. El ayuno y arrepentimiento, juntos, es decir "no" a las pasiones que no son de Dios  y "sí" a agradar a Dios, no dejando lugar para lamentaciones.

​

Oración:

Señor, reconocemos que nuestro pecado quebranta Tu corazón. A través del ayuno y el arrepentimiento viramos de nuestros propios deseos pecaminosos a enfocándonos en agradarte a Ti. Gracias por la gracia que nos fortalece en nuestra debilidad y el poder que nos das de arrepentirnos y vivir una vida en Ti, para tu honra y alabanza. En el nombre de Jesús. Amén.